-Tomad mi camisa, espero que tengáis suerte.
Esa noche el rey se acostó con la camisa, pero a la mañana siguiente se seguía sintiendo igual, así que los guardias fueron a ver al campesino y él dijo:
-No es mi camisa la que hace feliz, sino las ganas de vivir
Esa noche el rey se acostó con la camisa, pero a la mañana siguiente se seguía sintiendo igual, así que los guardias fueron a ver al campesino y él dijo: