viernes, 2 de noviembre de 2012

Final del cuento

Y entonces fueron a casa del hombre feliz, y esta les dijo:
-Tomad mi camisa, espero que tengáis suerte.
Esa noche el rey se acostó con la camisa, pero a la mañana siguiente se seguía sintiendo igual, así que los guardias fueron a ver al campesino y él dijo:
-No es mi camisa la que hace feliz, sino las ganas de vivir

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